sábado, 28 de abril de 2012

DICHOS


Cuentan que el Negro Colman y el Brujo volvían de Buenos Aires, al bajarse del tren se abalanzaron sobre la bomba que había al costado de la estación para tomar agua con desesperación.
Después de saciar su desesperante sed, uno de ellos dice:
- SALADOS LOS BOMBONES!

(Antes de tomar el tren en Buenos Aires una promotora de Knorr Suiza, le había obsequiado algunas muestras de los novedosos calditos que salían al mercado en ese momento.)

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