QUE ME DES EL DEDO QUE ME COBRASTE
Balanza tipica de esos años |
Cuentan que Don Marcial fue a una de las carnicerías del Pueblo, famosa por la cordial y atenta atención de su carnicero. El carnicero, siempre jovial, pero con cierta fama de ser un tanto veloz con el manejo de la balanza, aplicaba una técnica que consistía en ejercer una suave presión sobre el plato de la balanza, ya sea con la punta del cuchillo o con su dedo. Ese día había varios clientes, siendo Marcial el primero de ellos. Una vez realizada su compra, se queda dentro del negocio como esperando algo. El carnicero fiel a su estilo sigue con su espíritu dicharachero y sus bromas, mirando con curiosidad que don Marcial no se iba. Fueron pasando los clientes y llegando algunos nuevos. Esta presencia generó curiosidad en el carnicero, quien después de un tiempo prudencial, se dirige a Don Marcial preguntándole si quería algo mas. A lo que este responde:
SI, EL DEDO QUE ME COBRASTE